Hoy toca repaso histórico, vamos a las esencias chinas. Me reconozco admirador de Confucio pero estos días abroad me he acercado al taoísmo. La única religión verdaderamente china. El complemento que le faltaba al confucionismo para ser “perfecto”.
Sí amigos, tras leer mucho a Confucio e intentar comprenderlo desde mi mente occidental y contemporánea he llegado a la misma conclusión que llegaron “gigantes de la historia y de la aventura” como Matteo Ricci o Diego de Pantoja… y a la que posiblemente llegaron los primeros misioneros budistas: Confucio es casi perfecto… casi sólo le falta una cosa que lastra su mensaje: la TRASCENDENCIA.
El maestro era un hombre práctico. Cuando le preguntaban por el más allá respondía (grosso modo) “como pretendéis que sepamos que hay más allá si no entendemos este mundo”. Por desgracia el ser humano necesita creer en la trascendencia… llámese Dios, Patria o Revolución… pero necesitamos saber que nuestras vidas tienen un sentido y nuestras obras un premio una vez estemos muertos. La carencia de esa trascendencia hace que el confucionismo muestre alguna de sus peores caras.
Pero entonces, ¿por qué, el cristianismo ha fracaso en China y el budismo que lleva miles de años en ella no ha conseguido convertirse una verdadera religión china aceptada por la mayoría de los chinos? Pues porque los extranjeros que nos acercamos a China erramos en nuestro análisis. La unión del confucionismo con lo divino se hizo a través del Taoísmo. Ambas filosofías nacieron a la vez de la esencia china y se fusionaron de una y mil maneras distintas.
La cosmovisión china ya tiene su TRASCENDENCIA, una parte divina, no necesita importarla de fuera… ese nicho ecológico está ocupado… el cristianismo nunca pasa de ser la excepción en China y el budismo sigue siendo visto como una religión extranjera.
Laozi y el Taoismo
Lao-tse, también conocido como Laozi o Laozu, natural del Reino de Chu, es un personaje misterioso que pudo vivir en el siglo VI a.C. Es el fundador del taoísmo. Se cree que trabajó en la Biblioteca imperial de Luoyang. Se le atribuye el Tao te Jing (Daodejing) que introduce la idea del tao o dao (camino) que impregna la realidad. En su filosofía propugna la simplicidad como principio que guie la vida. Por ello el mejor gobierno es el que no realiza ninguna actividad.
El Daodejing es un libro redactado por Laozi, según la tradición, ante la petición de un guardia de aduanas cuando abandonaba los “estados centrales” camino del oeste, cansado de la falsedad de la vida en “la China civilizada”.
Laozu abandonó los Estados Centrales (el Zhungghuo) a lomos de un buey de agua. (Qué cosas)
El Daodejing o Libro del Camino y la Virtud, es una compilación de breves aforismos esotéricos realizada en el s. III a. C., en él se rechazan la vanidad, las riquezas y el poder instando a seguir las leyes de la naturaleza para alcanzar la plenitud vital.
El otro libro clave del taoísmo es el Zhuangzi, escrito por Zhuangzhou o Zhuangzi (369-286 a . C.). Siguió la línea de Laozi en cuanto al desinterés por los asuntos públicos pero frente a aquel que se encontraba interesado en proteger la vida de cada individuo, Zhuangzi buscaba el lugar del hombre en el cosmos, con un interés especial por la muerte.
Ceremonía taoísta por un difunto. Shanghai, 2012. Renovatio Abroad
Frente al confucionismo que se centra en asuntos humanos, el taoísmo pretende ser trascendental encontrando la perfecta unión con el orden natural. Por ello, el centro de gravedad del taoísmo es el concepto dao que no se puede percibir porque sobrepasa los sentidos, sólo es posible conocerlo a través de la revelación mística y no se puede expresar con palabras. Se trata del camino del universo, del orden existente en la naturaleza, detrás de la vida y el espíritu que es inagotable. Por ello las personas deben ordenar su vida para mantener la armonía con el orden lógico del universo ya que la persona y su cuerpo son las representaciones del Cosmos en la Tierra. Por todo ello, el taoísmo rechaza las leyes y las actitudes sociales pues las verdaderas provienen del cielo (de la naturaleza).
Para saber más China: Historia, pensamiento, arte y Cultura, pp. 50 y ss.
R3 - Renovatio Abroad
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