Hoy es 28 de agosto de 2020, San Agustín, día grande (que dicen los pedantes y los Media) de la Feria y Fiestas de "mi hogar familiar" Hinojosa del Duque (Córdoba), en la Andalucía fronteriza con Extremadura y la Mancha, cruce de caminos y corazón de la Castilla meridional.
Hoy es 28 de agosto y yo me pregunto, ¿Qué hago yo aquí, que no estoy en la feria? Este año no hay feria, este año no hay pregón ni pregonero. Pero el año pasado, me cupo el honor de ser el pregonero de la Feria y Fiestas de San Agustín. En aquel pregón, amén de la obligada referencia a los recuerdos personales se hizo un repaso al devenir histórico de la sociedad española desde los años cincuenta a la actualidad, reflejados en el entorno provincial (el termino rural está cargado de apriorismos y paternalismos carentes de realidad). Hoy que tanto se habla de la "España vacía" (o "vaciada" para los victimarios), no está de más recordar las dos grandes oleadas de migración que el campo ha vivido (en los '60/70 y en los '90/2000), en una sucesión migratoria que se produjo en pos del progreso personal de los que se fueron y de los que se quedaron pese a que, "bucólicamente", se añoren unos tiempos de pueblos más llenos, pero también más pobres y desiguales.
Muchas gracias a mi ciudad natal en sus representantes democráticamente elegidos que me concedieron este honor. Sirva este recuerdo de hace justo un año para animarnos a todos, el Covid19, pasará como pasaron las epidemias y las guerras. Es el momento mirar hacia adelante, quedarnos con lo bueno del pasado y reinventarnos en el futuro. No solo sobreviviéremos al 2021, VOLVEREMOS EL 2021 y entre el 23 y el 28 de agosto, ninguno tendrá que decir: ¿Qué hago yo aquí, que no estoy en la feria?
Pregón Feria de San Agustin. Hinojosa del Duque 2019
Raúl Ramírez Ruiz en un momento de su intervención.
Pregón de la Feria de Hinojosa del Duque, 2019.
Texto del Pregón a cargo de Raúl Ramírez Ruiz
Muchas gracias por esta inmerecida presentación … pues bueno … ya estoy aquí … puntual para ver un pregón … creo que es el primero que voy a poder ver de principio a fin … y no ha sido por falta de ganas o de respeto por todas las personas que me han precedido.
No he conseguido ver un pregón completo, porque cuando estaba en el pueblo, el pregón, y los cabezudos, salían un poco antes, a unas horas en las que yo aún estaba en la vaqueriza con mi padre o recién llegado a casa, aseándome … por lo tanto … quiero que mis primeras palabras, y la dedicatoria de este pregón, vayan para todos esos hinojoseños e hinojoseñas que no están aquí porque aún están trabajando, terminando sus labores … o recién llegados a casa … para ellos va…
Quiero agradecer a la corporación municipal, en todos sus componentes, la aprobación de mi designación. Cuando está se hizo oficial, inmediatamente, el WhatsApp empezó a sonar, algunos amigos y mis primos fueron los primeros en avisarme…
Mostré mi nerviosismo ante la responsabilidad y uno de mis primos, me dijo:
- “¿nervios”? pero hombre, tú, con los tiros ya pegados …. Hasta en la China…
Pues sí, queridos paisanos, nervios y muchos, porque para mí, hablar en Córdoba … bueno… fue mi época de formación, rompiendo el fuego … y, además, en Córdoba … en Córdoba … yo siempre que hablaba lo hacía para impresionar a Mayte, por lo que era otra cosa …
En ¿Madrid? … bueno, yo a Madrid fui a dar clase, ¿a qué hemos venido aquí si no? No hay que estar nerviosos … es obligación …
y ¿China? … pues cómo en Madrid, pero con gente “un poco más china”.
Además, en confianza, ¿Quién me conoce en China? … Y quien me conoce es por mi trabajo y dan por hecho que sé de lo que estoy hablando y encima soy extranjero … con lo que, diga lo que diga… todo estará bien…
Pero en Hinojosa, … en Hinojosa, soy el hijo de Agustín y Francisca, el hermano de Encarnita, ese niño tan tímido que le daba vergüenza hasta hablar con su tía Guadalupe. Aquí, no soy nadie, y al mismo tiempo, soy todos los que acabo de mencionar, por lo que la presión de hablar en Hinojosa es inmensamente mayor.
La "Catedral de la Sierra", esperando al pregón, mañana del 23 de agosto de 2019
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Me cabe el honor de pregonar esta feria de Hinojosa del Duque de 2019, y todos me recomiendan que hable de mí, de mis recuerdos, que sea personal, y a la vez general, y que no hace falta que hable del programa … “porque nadie lo hace” …
Pues bien, la feria para mí trae recuerdos de mi familia, de mi casa, de estar esperando para vestirme, lejanos recuerdos de cuando era niño y salía con mis padres y jugaba alrededor de ellos, con los hijos de sus amigos, en la Caseta del Parque y en Familias Unidas, recuerdos de pasear por la Corredera viendo los tenderetes y la presión del “enferio”.
Sobre todo, del “enferio”. En mi familia se esperaba hasta el último día. Yo no lo entendía, luego en China he conocido el “duro arte del regateo” y entendí porque mis padres apuraban … pero para mí, en aquellos años, el pasear para ver qué es lo que quería que me compraran era una auténtica tortura…
Y esta presión, tenía sus consecuencias …
En una ocasión, con unos cuatro o cinco años, “le había echado el ojo” a una trompeta de plástico … de estas … estilo … “Semana Santa” … y como los días y las noches pasaban y no me la compraban … una noche … la cogí y salí corriendo … El del puestecillo, y mi padre, arrancaron a correr detrás de mí … obviamente fui capturado, pero conseguí la trompeta, pues un amigo de mi padre la pagó mientras yo corría Corredera abajo ...
En otra ocasión, está la noche en la que conseguí que mis padres me compraran los “Playmobil romanos” … ¡Ojo! … con su catapulta y todo … fue un trágico error … desde que tuve en mis manos la caja fue imposible retenerme en la feria … ya tenía 11 o 12 años, y podía ser muy pesado … Al final conseguí que me acompañaran a casa, con mi abuela, que tuvo que levantarse para ver como abría y montaba mi legión particular.
De los “cacharritos” tengo pocos recuerdos … y los que tengo son ya del inicio de la adolescencia, donde los “coches de tope” eran un grado en la escala social … y las “voladoras” una prueba de valor…. Y, llegamos a la juventud… y ahí ya estamos hablando de palabras mayores…
Raúl Ramírez Ruiz en un momento de su intervención.
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La feria era … como un amigo me describió hace décadas … el culmen del verano … el verano no era más que un compás de espera, un calentamiento en tensión creciente, hacia la gran explosión de fiesta que era la feria …
Los veranos de mi juventud, y creo que los de la mayoría de mi generación, tienen nombre… Vengho, Casablanca, Zimbawe, Puzzle, Cocoloco … y también Arrequetefo, Giovanni, Yambalaya, Tekken, Texas, Tropezón, la Tunantona… había otros, pero no eran míos… Y también, aunque ya en mis últimos años de “feriante”, como otro amigo me dice: “los infames botellones, entorno a la molina del Pilar”.
Son décadas de recuerdos, años difíciles de condensar, con distintas etapas y mil aventuras.
Cuando estábamos aún en el instituto, cuando nos fuimos a Córdoba a estudiar, cuando ya un poco “con el arroz pasao” prolongamos la dorada juventud en la treintena … ya trabajando y siendo “personas de bien” de septiembre al 23 de agosto….
Qué destacaría,
- En primer lugar, destacaría: Amigos, amigos, muchos amigos … de fuera (los hijos de la emigración) y de Hinojosa (los hijos de los que se quedaron). Sobre todo, de Hinojosa, un grupo central de amigos de Hinojosa que ha atravesado las décadas y las circunstancias y que ahí sigue como pude comprobar hace dos años cuando volví por la “Medalla de Plata”. Por que como alguien me dijo en Madrid, uno no es de donde nace, sino de donde vive entre los 15 a los 21 años.
- Y en segundo lugar destacaría: Fiesta, fiesta, mucha fiesta, demasiada fiesta vista desde hoy, convertido en padre temeroso del futuro. Pero … “¡Por Dios! … ¡Cómo quema el sol cuando amanece sobre la Zimbawe en la calle del Pilar!”.
Todo preparado frente al Ayuntamiento de la Villa y sobre el escudo.
"Fortes ut leo, simplices ut columbae"
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Juventud, divino tesoro…
Pero la feria de Hinojosa es mucho más que los recuerdos de fiesta y juventud … ya no somos tan jóvenes y ahora hay que pensar, más y más lejos … en los que fueron y en los que vendrán…
Y aquí tengo que hacer mías las palabras de mi padre, y debo recordar que la feria de Hinojosa fue durante más de la mitad del siglo XX una de las ferias más importantes de España. El Padre Juan Ruiz, en su magna obra, la compara con la de Sevilla.
Y debemos sentirnos orgullosos de ello, reivindicarlo y recordarlo. Hinojosa se beneficiaba, quien lo diría hoy, de su posición central entre tres regiones históricas fundamentales: Andalucía, Extremadura y la Mancha.
En los días previos a la feria, los caminos aparecían llenos de caravanas de comerciantes … por:
- El camino de la Fuente de Córdoba (las cumbres de San Bartolomé), venían los cordobeses
- El camino de la Estación de Zújar, los de Extremadura
- Por la Colada y el Camino de Almadén entraban los manchegos
- Por la carretera del Bélmez y Valsequillo los de Peñarroya, Fuente Ovejuna y las aldeas….
La feria era el gran impulso económico del pueblo y su eje central giraba en torno al “rodeo de ganado”, de caballerías, fundamentalmente, de ganado mular para el trabajo. Ahí es donde Hinojosa podía mirar de tú a tú a la misma Sevilla.
El rodeo abarcaba … desde el actual Instituto hasta la primera línea de casas, en la Avenida del Parque; rebasaba la carretera de Córdoba y el Pilar en dirección a San Bartolomé y lo que hoy es el recinto ferial…
En aquel Rodeo, tenías que abrirte paso entre las caballerías y las “empalás”, donde los “merchanes ricos”, encerraban sus recuas. Los que sólo tenían dos o tres bestias “las tenían del cabestro”.
Todo el pueblo se preparaba. Las casas se arrendaban para los feriantes y se preparaban con enramadas de retamas y pesebres para las mulas.
Todo el mundo ahorraba para la feria, los adultos compraban los aperos para todo el año, las mantas, los zapatos, los costales, las jardas para acostarse, las espuertas y las aguaderas de esparto para los cántaros…
Los jóvenes compraban las alhajas para sus novias, anillos, zarcillos y pulseras, en las platerías, que se situaban entre la plaza y la antigua calle Olmedo.
Y los niños rompían sus alcancías para comprar los juguetes, las golosinas y los helados, en los puestecillos que se situaban, casi como hasta ahora, a partir del cerro del Convento y hasta el Paseo.
Se movía mucho dinero, había teatros, circos e incluso variedades, dicen que actuó el padre de la Pantoja, Juanito Balderrama y en el año 52 una orquesta de mulatos cubanos ….
Pero el declive de esa feria fue muy rápido, mi padre lo sitúa justo tras el gran año apoteósico de 1952. En el año 1956 parece que hubo un ligero repunte, pero dese ahí, el fin se precipitó.
Y este final se debió a causas mucho más grandes y lejanas que la “villa hinojoseña”. A España llegó la modernización, la industrialización … un cambio que significó la muerte de su antigua feria … porque significó la muerte de las mulas… Un drama que solo fue el reflejo de la muerte de un mundo antiguo.
Los americanos llegaron en 1953, y a cambio de sus bases militares, inyectaron dinero al Estado e insertaron a España en el mercado mundial. La industrialización llegó de golpe a un país en el que en ese campo había mucho que hacer … en el que estaba todo por hacer… y ello para los pueblos como el nuestro significó la “Gran Emigración”.
Miles de jóvenes se tuvieron que ir en pos de una vida mejor, y eso, a la postre, también trajo una vida mejor para los que se quedaron.
El mundo cambió radicalmente, aunque de forma imperceptible al principio, … y hasta hoy … cuando de igual manera hemos vivido otra “Gran emigración”, algo menos cuantiosa, pero a la que yo pertenezco.
La corporación municipal al completo de Hinojosa del Duque
en ambos vanos del edificio consistorial.
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La primera “la Gran Migración” fue la de los años ‘60 y ‘70, la generación de mis padres. Los hijos de esa primera migración han vuelto por los veranos y nos encontrábamos en la feria, fueron los otros jóvenes hinojoseños que nos honraban con su amistad y nos hablaban de Madrid, de Barcelona y en menor medida, Sevilla, Córdoba y otros lugares … Muchos de ellos, ya convertidos en padres siguen honrando su pueblo con sus visitas, especialmente en la feria.
Nosotros, los nacidos en los ‘70, pudimos estudiar, fuimos la primera generación que, de manera general en los ‘90, tuvimos, la oportunidad de estudiar carreras universitarias. En principio no lo sabíamos, nos fuimos con ilusión, dando unos pasos que considerábamos “normales” o “naturales” que nos darían un futuro menos laborioso que el de nuestros mayores, pero inexorablemente, nos fuimos convirtiendo en la segunda gran diáspora de hinojoseños, la de los que un día nos fuimos a estudiar para ya no volver.
Fue una emigración diferente, ahora somos profesionales liberales, funcionarios, maestros, profesores, médicos, enfermeros, administrativos que nos repartimos más allá de las fronteras de España y Portugal …
Pero en los sentimientos, somos idénticos a nuestros mayores que hubieron de irse en los ’70. Estamos fuera y vivimos con un cierto desarraigo … En todos los casos, el recuerdo de nuestra casa siempre sigue ahí … Y se hace especialmente patente en los días de feria…
Para los demás, la semana del 23 al 30 de agosto solo es la última semana del verano, pero para los hinojoseños que estamos fuera, si no puedes venir … aunque sea un día … es una semana de melancolía …
Hace dos años estaba en Pekín y sólo podía pensar en que empezaba la feria … “era la feria” … y yo “en la otra punta del mundo” de manera literal y con chinos hablándome en inglés. ¡“¿Qué hago yo aquí?”!, me preguntaba a mí mismo…
Y aquí estamos …. Puede que la feria no sea la gran feria del ganado que fue, puede que no sea el motor económico que fue … pero sigue siendo un punto fundamental en la vida de Hinojosa … mis hijas están aquí, tienen 9 años, ellas dicen que son de Madrid (y mejor no discutírselo), pero esperan con ilusión esos días en la feria de Hinojosa … con sus abuelos y su prima que viene de Jaén … con los trajes de gitana y los cacharritos … y como mi familia, las demás familias …
A lo largo de todo el verano, pero sobretodo estos días, vemos como muchas familias de Hinojosa preparan con ilusión la vuelta a casa de sus hijos y sus nietos, los vemos juntos ir a las casetas, pasear por el pueblo, bajar hasta el Pilar … vemos vida, vemos alegría … vemos futuro…
Vemos la ilusión de un pueblo, de Hinojosa, y eso es lo que debemos hacer … asegurar el futuro de Hinojosa … De nada sirve añorar la “Gran Feria del Ganado” y su motor económico, porque “lo que pasa y no permanece, es porque no merecía la pena”; de nada sirve añorar la juventud, que no volverá, y que seguramente no fue tan bonita como ahora la recordamos “con las nieves del tiempo blanqueando la sien”.
Solo tenemos el hoy y la posibilidad de soñar con el mañana.
Y el hoy de Hinojosa es un pueblo hermoso, hospitalario y de talento.
Y el mañana está abierto. Empecémoslo esta semana. Empecémoslo en la feria de 2019, cuyo programa nos ofrece actividades las 24 horas del día:
Por la mañana con ese concurso de tractores supervivencia del Rodeo, muestra de la profunda raíz labradora de Hinojosa.
Por la tarde, la feria de los niños, a la que en los últimos años soy tan asiduo ...
Y por la noche, las casetas, los conciertos y … la noche …. sobretodo la noche para los jóvenes…
Así pues, Hinojoseños, disfrutemos de estos días en unión de nuestras familias y amigos, acojamos con ilusión a los que vienen a visitarnos y démonos unos días de fiesta que hagan que mis hijas, mi sobrina y los niños de su generación, se pregunten a sí mismos en el futuro, lo que muchos nos preguntamos entre el 23 y 30 de agosto, cuando no estamos en Hinojosa.
¿Qué hago yo aquí, que no estoy en la feria?
Hinojosa del Duque, 23 de agosto de 2019.
Renovatio Distrito 123.
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